Álora su historia

El municipio de Álora fue una antigua civilización mediterránea de la que se han heredado piezas de gran valor como hachas neolíticas (en el Hoyo del Conde o el Sabinal). La comida o la caza de estas tierras debieron favorecer el asentamiento durante la prehistoria, cuyas pinturas rupestres aún permanecen en la cueva de Trinidad Ground. Por otra parte, los fenicios debieron convertir a Álora en centro de operaciones comerciales, mientras que el paso de los romanos viene atestiguado por las ruinas que han dejado.

Los árabes hicieron acto de presencia en las tierras de Álora sobre el año 711 a.c para tener que sufrir durante toda la Edad Media, los ataques del Reino de Castilla, quien no pudo en este periodo hacerse con el control de la localidad, hasta que finalmente, son los Reyes Católicos los que acaban conquistándola prácticamente en la entrada a la edad moderna.

Durante la Edad Moderna, el territorio de Álora se vio afectado por la desamortización de Mendizábal, quien privatizó bienes e hizo desaparecer capellanías.

En el siglo XIX, las tropas francesas lograron destituir el ayuntamiento constitucional, dando paso a una época en la que las luchas internas en todo el país entre Carlistas, absolutistas, Isabelinos, progresistas, moderados, etc. Es en el siguiente siglo cuando los habitantes de Álora participan de las migraciones a América. posteriormente, tras la guerra civil española, la localidad malagueña se vio en la obligación y necesidad de reconstruirse.

La arquitectura popular de fachadas de cal y tejados a diferentes niveles puede encontrarse en la calle Negrillos, mientras que el castillo supone el pilar artístico más emblemático de Álora. Data de época de los fenicios, pero en el se ha trabajado en diferentes etapas históricas. Fruto del triunfo de los Reyes Católicos sobre los árabes en la capilla de Nuestra Señora de la Encarnación, cubierta con una bóveda gótica. Al mismo tiempo, la iglesia parroquial de nuestra Señora de la Encarnación fue levantada en el siglo XVII sobre una antigua Mezquita. El santuario de Nuestra Señora de las Flores, del siglo XVI, así como la Iglesia de Veracruz, que data de un siglo posterior, son dignas de contemplar. Destaca además en el municipio la pequeña Ermita de las Cruces.